Banderas, personas,
prioridades
He dudado si exponer mi opinión sobre “el tema” de los
últimos tiempos, la independencia, en parte por las personas que aprecio y
están en lados opuestos, en parte por el malestar que me provoca.
Pero es ese mismo malestar el que me empuja a hablar, el que
nace de la manipulación de políticos y medios, de la masa en que nos
convertimos con las arengas de unos y otros, tocan los puntos sensibles de
manera que olvidamos pensar, razonar, analizar los antes, los durante, las
consecuencias.
Estamos delante de una situación que se ha tratado mal desde
el principio de los tiempos, se han ido poniendo parches, utilizando para
conseguir poder, dejando pasar el tiempo mientras se enquistaba.
Que había que
definir el panorama del país, ya lo sabíamos todos, nuestros empleados de los
distintos gobiernos se han abandonado, como estudiantes perezosos, para no
hincarle el diente a la Constitución sentándose a trabajar para mejorarla,
ahora todos se echan las manos a la cabeza.
Debemos resolver el momento presente para seguir avanzando,
mi opinión es que se debe hacer borrón y cuenta nueva, los incumplimientos de
la ley, los hay, son culpa de todos, de quien los permitió cuando se veían
venir y de quien los ha cometido, sabiendo que dañan a los ciudadanos.
Esta situación no beneficia a nadie, aparte del tremendo ridículo
que hacemos de cara al resto de países, está el perjuicio de los que formamos
cada uno de los territorios, económico, social, de futuro. Corremos el riesgo
de entrar en un bucle que solo traerá problemas.
¿De verdad alguien se puede creer que odiamos, despreciamos…
a los catalanes? ¿Qué dedicamos el tiempo que nos deja la hipoteca, los hijos,
los problemas, el trabajo, a eso? ¿Alguien de verdad tiene como objetivo vital
la independencia, por encima de todo lo que nos rodea? Si es así, estamos peor
de lo que creía, para mí y muchísima de la gente que conozco lo importante son
otras cosas, entre ellas está viajar, conocer otras gentes, compartir, regresar
contando cuanta gente de puta madre hay en todas partes.
Mientras nos entretienen agitando banderas, persiguiendo
ideales, hay familias con pocos recursos, médicos saturados de trabajo, mujeres
que siguen muriendo a manos de sus parejas, más de 11 suicidios diarios sin un
plan de prevención, acoso en los colegios, clases de cuarenta y más alumnos,
etc
¿De verdad nuestro problema más importante es una frontera,
una bandera, un idioma?
Lo siento, para mí, no
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