COMO ESTAMOS
Los amigos,
la gente que nos ve cada día, se sorprende de cómo estamos llevando este
suceso, creo necesario explicar que el dolor es inmenso, incalificable, pero
Ariadna nos ha dejado tanto amor por todas partes que nos ha infundido una
especie de fuerza para avanzar.
Lo primero
fue la maravillosa carta que nos dejó, tan perfecta que hasta la psiquiatra que
nos asiste y los psicólogos se sorprenden.
Afortunadamente
nos ha eximido de toda culpabilidad, nunca tuvimos un problema con ella, éramos
una piña, tanto que nos ocultó su dolor para no hacernos daño, a nosotros, al
psicólogo, a sus amigos…
Ahora
sabemos que cayó en una depresión profunda, lo vio la psiquiatra en la carta,
le parece impresionante que pudiera disimular, ponerse el despertador cada día
y salir a pasear con nosotros como si solo fuera lo que nos dijo, un bajón de ánimo
por la presión que se ejercía en los estudios.
Durante los
tres meses decisivos, vimos películas, hablamos de todo y buscamos todas las
formas de intentar que ella le quitara
importancia a su “bajón”, nos reíamos, nos besábamos, tratamos de aportarle
nuestra experiencia, todo pasa y tenía una vida por delante.
No sabíamos
que la depresión es la peor de las enfermedades, no avisa y no hay información
suficiente para conocer cómo atajarla.
Hoy si,
desgraciadamente hoy sabemos mucho más, que hay un 20 por ciento de la
población que es PAS, personas con alta sensibilidad, es decir que les afectan
las cosas mucho más que a los demás y que Ariadna estaba dentro de ese grupo.
Nuestro
mayor error ha sido querernos tanto los tres que nos protegíamos
constantemente, por eso no nos dejó ver su dolor, pero no podemos acusarnos de
eso.
Es por esto
que intentamos cada día recordar los miles de momentos felices que hemos vivido
y no quedarnos con lo peor, difícil trabajo, pero recordar el peor día de nuestra
vida nos parece que es ofenderla, como si fuera más importante que todo lo
anterior que nos dio y lo que nos ha dejado.
Somos
fuertes casi todo el rato, por ella, porque es lo que nos ha pedido, lo que se
merece.
El cansancio
es enorme, aunque gracias a todos los que están a nuestro lado, sacándonos de
casa, con mensajes, llamadas, viajes, nos vemos protegidos y avanzamos.
Gracias a todos,
no nos cansamos de decirlo, gracias por el respeto, por la cantidad enorme de
información que nos dais de las cosas buenas que hizo Ariadna.
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